Mi abuela solía desayunar malta mojada con pan duro. Era el café de guerra y posguerra, y como decía un anuncio de cuando yo era pequeña " el café de los nerviosos". A mi me encanta para merendar o hay días que en el desayuno. En verano hacer una jarra y tomarla fría la convierte en un sano refresco y granizada es una delicia. Disfrutarla en todas sus variantes.